http://www.dx.doi.org/10.14718/ACP.2018.21.2.8
Francisco Antonio Coelho Junior*
Cristiane Faiad
Thaís Mundim Baesse de Souza
Camila Puntel de Castro
Mayara Leporace Haddad Alves
Débora de Paula Alves
Universidade de Brasília (unb), Brasil
Referencia: Coelho Junior, F.A., Faiad, C., Baesse de Souza, T.M., de Castro, C.P., Haddad Alves, M.L. & Alves, D.P. (2018). Evidências de validade da escala brasileira de atitudes sociais de estudantes frente à política Acta colombiana de Psicología, 21(2), 156-166. doi: http://www.dx.doi.org/10.l4718/ACP.2018.21.2.8
Recibido, abril 19/2017
Concepto de evaluación, agosto 14/2017
Aceptado, noviembre 10/2017
* Faculdade de Economia, Administração, Contabilidade e Gestão de Políticas Públicas (Face). Departamento de Administração e Programa de Pós-graduação em Administração. cep 70910-900. Brasília-df, Brasil. fercoepsi@gmail.com , acoelho@unb.br . Telefone: (+55 61) 3107-0759.
Resumen
El objetivo de la presente investigación fue presentar las pruebas de confiabilidad y validez de una escala brasileña para medir las actitudes políticas de los estudiantes universitarios brasileños ante su comportamiento político. El estudio contó con una muestra nacional (N = 445) de estudiantes brasileños de diferentes Estados. Los resultados indicaron una estructura empírica sustentable (KMO = .81), con indicadores psicométricos que se consideran adecuados para la medición de las actitudes políticas. Específicamente, se identificaron tres factores empíricos: nivel de conocimiento sobre la política (15 ítems, cargas factoriales entre .31 y .82, alfa = .82, eigenvalue = 5.07 y varianza explicada = 18.78 %), sentimientos acerca de la política (7 ítems, factoriales de .41 y .58, alfa = .72, eigenvalue = 3.17 y varianza explicada = 11.73 %) e intenciones del comportamiento político (2 ítems, factoriales de .70 y .72, alfa = .80, eigenvalue = 1.8 y varianza explicada = 6.8 %). Se llegó a la conclusión de que los resultados apoyan la estructura factorial original de la escala y muestran su utilidad en la identificación de las actitudes sociales ante la conducta política.
Palabras clave: psicología política, comportamiento político, evidencias de validez, actitudes políticas.
Resumo
Objetivou-se apresentar as evidências de validade e confiabilidade de uma escala brasileira para medir atitudes políticas de estudantes brasileiros de nível superior ante seus comportamentos políticos. O estudo teve uma amostra de abrangência nacional (n = 445), com estudantes brasileiros oriundos de distintos estados. Os resultados indicaram uma estrutura empírica sustentável (teste de Kaiser-Meyer-Olkin — kmü = 0,81), com indicadores psicométricos considerados adequados à mensuração das atitudes políticas. Três fatores empíricos foram identificados: grau de conhecimento sobre política (15 itens, cargas fatoriais entre 0,31 e 0,82, alfa = 0,82, eigenvalue = 5,07 e variância explicada = 18,78 %), afetos relativos à política (7 itens, cargas fatoriais entre 0,41 e 0,58, alfa = 0,72, eigenvalue = 3,17 e variância explicada = 11,73 %) e intenções de comportamento político (2 itens, cargas fatoriais entre 0,70 e 0,72, alfa = 0,80, eigenvalue = 1,8 e variância explicada = 6,8 %).vConclui-se que os resultados fortalecem a estrutura fatorial original da escala e mostram sua utilidade para a identificação de atitudes sociais ante comportamentos políticos.
Palavras-chave: psicologia política, comportamento político, evidências de validade, atitudes políticas.
Abstract
The objective of this study was to present the validity and reliability evidences of a Brazilian scale to measure the political attitudes of Brazilian higher education students regarding their political behavior. The study had a nationwide sample (N = 445), with Brazilian students from different states. The results indicated a sustainable empirical structure (KMO = 0.81), with psychometric indicators considered adequate to the measurement of political attitudes. Three empirical factors were identified: degree of political knowledge (15 items, factorial loads between 0.31 and 0.82, alpha = 0.82, eigenvalue = 5.07 and explained variance = 18.78%), feelings about politics (7 items, factorial loads between 0.41 and 0.58, alpha = 0.72, eigenvalue = 3.17 and explained variance = 11.73%) and intentions of political behavior (2 items, factorial loads between 0, 70 and 0.72, alpha = 0.80, eigenvalue = 1.8 and explained variance = 6.8%). It is concluded that the results strengthen the original factorial structure of the scale and show its utility for the identification of social attitudes regarding political behaviors.
Key words: political psychology, political behavior, evidence of validity, political attitudes.
INTRODUCCIÓN
El comportamiento político es un fenómeno de gran complejidad que se ha venido convirtiendo en un objeto de estudio cada vez más común en el campo de la psicología social. Específicamente, la investigación de los fenómenos del cambio en el comportamiento político se convirtió en un objeto de estudio empírico, especialmente en lo que se refiere a la toma de decisiones y la participación política. Mucho se ha hablado sobre cuánto y cómo es que las actitudes sociales y políticas influyen sobre el comportamiento político.
Desde hace tiempo, las ciencias sociales y humanas -como la ciencia política, la psicología, la sociología y la gestión de las políticas públicas- se han venido enfocando en el tema de la génesis de las creencias personales y los modelos mentales relacionados con el comportamiento de individuos tanto aisladamente como en su interacción en grupos sociales; y parte importante de esta literatura señala que las actitudes pueden ser facilitadores importantes de ciertos tipos de comportamientos que se manifiestan en individuos y grupos sociales (Aarts, Verplanken & Van Knippenberg, 1998; Ajzen, 2002b). Al respecto, se ha dicho que la formación de actitudes mantiene una relación constante con las creencias y los valores, de modo que comprender la incidencia de este fenómeno es de suma importancia para el análisis de la dinámica humana y social.
Es importante mencionar que el concepto de "actitud" tiene una compleja demarcación teórica y empírica debido a que parte del principio de que los individuos forman opiniones sobre un determinado objeto y pasan a actuar ante este objeto específicamente en función de sus creencias y conocimientos sobre el mismo (Carneiro, Torres & Ekman, 2016). Diferentes circunstancias o contingencias pueden hacer que una determinada actitud se manifieste.
De esta forma, las actitudes se refieren a predisposiciones o estados mentales que influyen sobre el individuo en la elección de la acción con la cual va a participar (Gagné & Medsker, 1996); sin embargo, las predisposiciones involucran información sobre el objetivo, así como creencias y valores personales -aunque estos sean más generales-, mientras que las actitudes son necesariamente más específicas y orientadas a determinados fines y objetivos.
Asimismo, el concepto de actitudes parece ser adecuado para el estudio sobre cómo las personas comprenden, evalúan y se posicionan ante el objeto "política". Al considerar que uno de los pilares de la sociedad democrática es su participación política, se vuelve de fundamental importancia el desarrollo de mediciones científicas que tengan validez de constructo y sean precisas para la evaluación de las actitudes de los ciudadanos frente a la política. Esto porque las actitudes frente a un determinado objeto (en este caso, la política) tienden a servir como base para las reacciones desencadenadas en el contacto con el mismo.
Considerar a las actitudes como sinónimo de predisposición implica entenderlas como una construcción teórica o una abstracción analítica, ya que se refieren, incluso, a elementos que no son reales, que no pueden ser observados (Camino, 1996; Díaz, 2004); por tanto, las actitudes son fundamentales para la construcción del comportamiento político, ya que permiten dar sentido a este objeto y compartir creencias sobre el mismo. De igual forma, las actitudes tienden a servir como un marco de referencia dentro del cual ocurren comportamientos dirigidos al objeto actitudinal (Altman, 1981; Díaz, 2004; Farr, 2001; Myers, 1999), y de acá surge la relevancia del el diagnóstico de las actitudes sociales frente a la política, más relevante, incluso, si se tiene en cuenta el vacío en la literatura científica disponible en Brasil con respecto a algún instrumento de naturaleza semejante que cuente con evidencias de validez.
Según Pereira, Torres y Barros (2004), la mayoría de los instrumentos disponibles en la literatura hacen referencia al constructo "actitudes democráticas". Sin embargo, para estos autores, dichos instrumentos no presentan indicadores de validez ni confiablidad; tal es el caso de la Escala de Principios Fundamentales de la Democracia (Prothro & Grigg, 1960) y el Índice de Orientación Pro-Democracia (Miller, Hesli & Reisinger, 1995; Reisinger, Miller, Hesli & Maher, 1994). De ahí que se ratifique la importancia del presente trabajo en el sentido propositivo de evaluar un instrumento y su validez de constructo.
Se cree, aquí, que por medio de la investigación empírica de las actitudes frente a la política es posible tener una idea de la conducta que los individuos adoptan en su día a día, incluso en el papel de ciudadanos. Por tanto, se parte de la premisa teórica de que las actitudes son fundamentales para el análisis y la comprensión del pensamiento político, y que son capaces de influir sobre el comportamiento político (Ekman & Amnâ, 2012; Gomes & Maheirie, 2011).
Ahora bien, en términos de definiciones, la política consiste en todas las decisiones que guían toda nuestra vida, y no solo aquellas que se toman en el ámbito restringido de lo que tradicionalmente se entiende como político. Sin embargo, según Prothro y Grigg (1960), se utiliza el término "política" en el sentido más amplio del término, es decir, en el que significa no solo la esfera conocida convencionalmente como pública de las relaciones humanas, sino las diversas esferas donde ocurren relaciones de poder y de deliberación colectiva.
Asimismo, la actitud es un concepto implícito, difícil de ser operacionalizado cuantitativamente (Fazio & Olson, 2003). Históricamente, prevaleció el modelo tridimensional sobre las actitudes que las segmentaba según sus componentes afectivo, cognitivo y conductual (Oskamp & Schultz, 2005; Nascimento, Torres & Pimentel, 2011). Sin embargo, recientemente estos componentes fueron diferenciados entre sí, pero mantienen, según el caso, una relación de interdependencia. Así, las actitudes hacen referencia a un constructo formado a partir de un estímulo decodificado en procesos cognitivos, afectivos y conductuales capaces de generar respuestas cognitivas, afectivas y conductuales (Oskamp & Schultz, 2005; Kraus, 1995; Rodrigues, Assmar & Jablonski, 2012) que se relacionan con una tendencia psicológica expresada en la evaluación de una entidad particular con un grado de favorabilidad y desfavorabilidad (Eagly & Chaiken, 1993).
También, las actitudes pueden ser entendidas como "predisposiciones aprendidas para responder de un modo consistentemente favorable o desfavorable con respecto a un determinado objeto" (Fishbein & Ajzen, 1975, p. 6, traducción propia), por lo que pueden verse como evaluaciones que se hacen sobre personas, objetos e ideas, que provocan reacciones positivas o negativas que convierten al ser humano en un observador constante de lo que ve (Wallace, Paulson, Lord & Bond, 2005). Así, las actitudes están constituidas por componentes cognitivos, es decir, pensamientos y opiniones sobre un determinado objetivo -apreciación objetiva del objeto-; afectivos, reacciones emocionales -valores- asignadas al objeto que genera la actitud; y conativos -intención conductual-, es decir, acciones capaces de obtener respuestas sobre comportamientos observables.
Cabe resaltar que la experiencia social desempeña un papel importante en el moldeamiento de las actitudes, y la forma en que las actitudes son formadas por las experiencias cognitivas, afectivas y conativas viene siendo objeto de estudio por parte de científicos sociales, ya que no todas las actitudes se forman de la misma manera (Fehr & Fischbacher, 2004, Glasman & Albarracin, 2006; Tamayo, Pimenta, Rolim, Rodovalho & Castro, 1996). Las experiencias previas, así como el repertorio de conocimiento sobre el objeto, son capaces de influir sobre el tipo de actitud consolidada.
Históricamente, las actitudes han sido asociadas a la predicción de comportamientos, y, según Díaz (2004) la vertiente estructuralista hace referencia a las reacciones de las personas ante la política y busca las diferencias entre lo que se espera y el consenso que existe ante determinados aspectos políticos. Asimismo, Pereira, Lima y Camino (2001), al investigar las relaciones empíricas entre valores y actitudes democráticas, identificaron que la adhesión al sistema de valores religiosos se asociaba a la actitud negativa frente a la democracia, mientras que esta actitud se relacionó positivamente con los valores post-materialistas. Al tiempo que Ajzen y Fishbein (1980) hacían referencia a la teoría del comportamiento planeado, en la que las normas subjetivas y el control pensado sobre el comportamiento, así como el comportamiento en sí, son dimensiones fundamentales a la génesis de las actitudes.
Teniendo esto en cuenta, para investigar científicamente una actitud es necesario, primero, verificar las creencias y convicciones que una persona tiene acerca de determinado asunto, y, además, saber lo que comprende y lo que no puede comprender, así como cuán amplia o restringida/limitada es su perspectiva.
Adicionalmente, la descripción de actitudes debe considerar el conocimiento de la manera en que un individuo piensa acerca de un tema, lo que siente al respecto, o en qué fundamenta sus convicciones. Así, el contenido psicológico y sociológico de las actitudes representa el interés de los investigadores sociales, quienes han intentado comprender las bases de su génesis y consolidación, además de sus efectos sobre el comportamiento humano tanto de manera aislada como en interacción social.
De este modo, al analizar la literatura sobre el comportamiento político se confirma que existen diversas variables comúnmente asociadas al estudio de la política en el escenario nacional e internacional. Por ejemplo, la idea de política se encuentra enraizada en la atención de las demandas, necesidades e intereses colectivos de los ciudadanos y otros segmentos sociales diversos (como las organizaciones, por ejemplo) para atender la voluntad general en detrimento de las voluntades particulares.
Adicionalmente, una parte importante del movimiento político incluye elementos de carácter moral relativo a las esferas de valores y del deber ser (Carneiro et al., 2016). Por tanto, la política, según Rousseau (1978), se refiere a la forma de actividad o práctica humana estrechamente relacionada al poder, que tiene el fin de promover la igualdad para la existencia de la libertad; por lo que la política puede hacer referencia a un conjunto de medios que permiten alcanzar los efectos deseados, garantizando el orden (social); y así, la acción política está presente en diversos momentos de la vida, sea en los aspectos privados o públicos. Por otra parte, la política también se refiere a la acción de gobernar y al uso del poder para defender los derechos de la ciudadanía (Bobbio, Matteucci & Pasquino, 1986), puesto que al convivir en sociedad se hace necesario el desarrollo de acciones dirigidas a la planeación e integración de acciones dirigidas al desarrollo de la ciudadanía. Por tanto, la política también significa tener una forma coherente y necesaria de organizar la sociedad, lo cual implica la búsqueda del control de poder (Bobbio, 2000).
Y, por último, la literatura también señala que una finalidad fundamental de la política consiste en mantener el orden público, la defensa del territorio nacional y el bien social de la población; y, para ello, es fundamental tener gestores bien preparados para el ejercicio de representatividad de los intereses de la población para crear oportunidades de condiciones necesarias de supervivencia e interacción. De igual forma, cabe resaltar que algunas premisas básicas son necesarias para la formación de creencias y percepciones favorables para la acción política, como lo son la concordancia general con la idea de colectividad y de representatividad de intereses colectivamente compartidos; la aceptación/discusión de las decisiones que se van a tomar, así como de los proyectos que serán establecidos; y el diálogo constante entre todas las capas de la población, que deben sentirse representadas.
Teniendo esto en cuenta, la ciencia política, según Bobbio (2000), consiste fundamentalmente en el estudio de los fenómenos y estructuras políticas, que debe ser conducida con sistematicidad -rigurosidad metodológica- y examen sistemático de los hechos; y debe ser analizada por medio de argumentos racionales, especialmente por la aplicación al análisis del fenómeno político en el ámbito metodológico de las ciencias empíricas. Por esto, la comprensión de variables de orden individual y social se torna de vital importancia para el análisis de la postura y comportamiento de los individuos y grupos con respecto a la política, siendo una de estas variables la que se refiere a las actitudes de los individuos frente a la política.
Al respecto, cabe preguntarse, por ejemplo, ¿una actitud más favorable hacia la política tiende a tener relación con el compromiso del individuo frente a movimientos sociales, o inclusive de lucha por la realización efectiva de sus derechos?, o, incluso, ¿una actitud más desfavorable tiene relación con el hecho de que un individuo, por ejemplo, anule su voto en las elecciones? Estas y otras preguntas pueden ser elaboradas considerando la premisa fundamental de que las creencias y percepciones de naturaleza individual y referentes al contexto pueden determinar el tipo de comportamiento o acción manifiesta de los individuos en torno a su mayor o menor participación o compromiso político.
Dicho esto, el presente trabajo tiene como objetivo presentar las etapas de construcción y validación psicométrica exploratoria de una escala brasileña para identificar y medir, empíricamente, las actitudes sociales ante la política. Con esto, se pretende presentar las evidencias de validez de constructo y precisión de la escala, presentando los índices de confiabilidad del instrumento; con ello se espera que se resuelva el vacío en la literatura sobre el tema hasta ahora carente de medidas psicométricas válidas y confiables según los preceptos recomendados por la teoría sobre evidencias de validez.
MÉTODO
Diseño
La presente investigación es de carácter exploratorio. Como se trata de la presentación de todos los procedimientos de construcción y validación psicométrica de la Escala brasileña de actitudes sociales y políticas, se optó por el tipo de delineamiento descriptivo, de corte transversal de recolección de datos, junto con un muestreo por accesibilidad y conveniencia de estudiantes brasileños, como se muestra a continuación.
Participantes
Se aplicó la encuesta a 445 estudiantes provenientes de una universidad pública brasileña. Los participantes provenían de las carreras de Administración, Gestión de Políticas Públicas, Sociología, Derecho, y otros, de la misma universidad. La muestra se caracterizó por ser seleccionada por accesibilidad y conveniencia, lo que dio como resultado un perfil bastante homogéneo en su composición. Cabe resaltar que el muestreo atendió a los criterios estadísticos de generalización y validación psicométrica presentados por Tabachnick y Fidell (2001).
Específicamente, la muestra estuvo bastante homogénea en cuanto a la participación de hombres (50.8 %) y mujeres (49.2 %), con un predominio de personas que cursaban la mitad de la carrera (78.8 %). Se encontró, además, que el 48.3 % afirmó conversar esporádicamente sobre política, y apenas el 11.5 % afirmó dialogar diariamente sobre el tema. También, se identificó que el 83.3 % afirmaba no estar actualmente comprometido en ningún movimiento político. De igual forma, se encontró que para el 76.1 % de los participantes la principal fuente de acceso a noticias sobre política era por medio de sitios electrónicos diversos; y que para el 77.9 % de los encuestados la política resultó ser de gran importancia en su vida.
Instrumento
La escala se construyó con base en los informes de investigaciones empíricas sobre las "actitudes sociales y políticas", así como en la literatura psicológica sobre el comportamiento político. Como se ha visto, las variables de las actitudes vienen correlacionándose tradicionalmente con el comportamiento de manera positiva.
En una sociedad democrática como la brasileña, el comportamiento político es de fundamental importancia para el análisis científico sobre cómo los ciudadanos se adhieren a las normas y papeles sociales, y cómo elaboran representaciones sociales acerca de la propia participación en los rumbos políticos de la nación. Teniendo esto en cuenta, se hace de fundamental importancia la construcción y evaluación -en términos de sus evidencias de validez-de instrumentos que tengan validez de constructo y sean precisos para la identificación de actitudes más o menos favorables frente a la política.
La construcción del instrumento se llevó a cabo en una serie de talleres de trabajo, en los cuales se presentaban el referencial teórico estudiado, los objetivos, el problema de investigación, los conceptos y la metodología que guiaba cada actividad. El objetivo de estos talleres consistió en la recolección de críticas y sugerencias a los ítems del cuestionario, basadas en la discusión sobre el tema de estudio.
Después de un análisis detallado del instrumento de actitudes frente a la política y la evaluación crítica de nueve jueces -entre expertos y profesores de la Universidad vinculados a los Departamentos de Gestión de Políticas Públicas, Sociología, Psicología, Ciencia Política y Administración-, el instrumento fue reformulado y nuevamente revisado antes de que se realizara su versión final. Cabe señalar que los ítems fueron elaborados y perfeccionados considerando los 12 criterios y reglas de calidad en la construcción de ítems establecidos por Pasquali (1999) y AERA (2014), además de algunas de las reflexiones elaboradas por Asch (1971), Friedman, Carlsmith y Sears (1970) y Fishbein y Azjein (1975) en la discusión sobre los dilemas enfrentados con respecto al uso de instrumentos para la evaluación y análisis del concepto de actitudes en las ciencias sociales.
La versión final del cuestionario de actitudes sociales frente a la política, para su primera aplicación exploratoria -como se propone en este estudio- contó con tres dimensiones de análisis: el grado de conocimiento frente al objeto (en este caso, política), las emociones -o afectos- despertadas por tal objeto, y la intención conductual relativa al mismo.
El primer factor teórico hipotético, "Grado de conocimiento sobre política", identifica lo que significa o representa este fenómeno para el individuo; y se refiere a la percepción del individuo sobre sus definiciones, importancia, utilidad y relación con el establecimiento de los anhelos compartidos de la comunidad (atención de las necesidades colectivas). Los ítems fueron presentados en una escala de frecuencia, tipo Likert, de 11 puntos, en la cual 0 (cero) correspondía a "Nunca", y 10 (diez), a "Siempre".
El segundo, "Emociones -o afectos- sobre la política", se refiere al tipo de sentimiento despertado por la política en los individuos. La literatura hace referencia a sensaciones relativas a la poca participación popular en las decisiones democráticas asociadas a la percepción de alienación o descrédito en cuanto a la importancia de la política. Los sentimientos de ignorancia y de rabia también son considerados en este factor teórico hipotético, y cabe resaltar que, a menudo, existe confusión entre lo que es la política y lo que son los partidos políticos. Por esto, tanto las emociones positivas o agradables como las negativas o desagradables se transformaron en ítems, que también fueron presentados en una escala de frecuencia, tipo Likert, de 11 puntos, idéntica a la descrita anteriormente.
El tercer y último agente de evaluación hipotético y comprobado empíricamente corresponde a la "Intención conativa sobre la política", que se refiere a la percepción del encuestado sobre lo que él hace o haría en relación con su participación política o su mayor o menor compromiso político. Los ítems referentes a la participación en acciones que legitimen el pensamiento político fueron elaborados haciendo una autovaloración, ya que el individuo evaluó si sus iniciativas y comportamientos eran incentivados o rechazados por sus actitudes. Los ítems también fueron presentados en una escala de frecuencia, tipo Likert, de 11 puntos, en la cual 0 (cero) correspondía a "Nunca" y 10 (diez) a "Siempre".
En lo que se refiere al análisis y la validación semántica del cuestionario, en la construcción del mismo se realizaron las medidas necesarias para la eliminación de ambigüedades y sesgos. En concordancia con Pasquali (1999), los ítems fueron analizados en cuanto a su precisión, fiabilidad, claridad, parsimonia y objetividad; y se realizó un análisis minucioso de las instrucciones del instrumento, incluso con los jueces expertos, con el fin de evitar ambigüedades, sesgos o errores en el análisis de las orientaciones generales que pudieran obstaculizar su llenado.
La validación final por jueces se realizó junto a nueve profesores expertos de la Universidad de Brasilia directamente involucrados en actividades de investigación relacionadas con el comportamiento político o que estudian los procesos sociales y cognitivos relativos a la génesis y cambio de actitudes. Esta validación permitió ajustar algunos ítems con respecto a la parsimonia del lenguaje utilizada, además de la modificación de las instrucciones generales de la escala para facilitar la comprensión por parte del encuestado. También, se elaboró una carta de sensibilización, enviada junto con el instrumento que explicaba los objetivos de la investigación para alentar al posible encuestado para participar en la misma. Por último, finalizados los procedimientos de validación semántica y por jueces, se planeó el inicio de la recolección de datos más amplia, realizada totalmente a distancia.
Procedimiento
El instrumento fue digitalizado en formato electrónico y compartido en la herramienta google docs. Como el objetivo central de este trabajo consistía en el análisis de las evidencias de validez de la medida construida, se optó por la recolección electrónica de datos, lo que permitió una mayor amplitud y generalización de la muestra, además del alcance potencial de un mayor número de personas.
Inicialmente, tanto la divulgación como el enlace en la web para participar en la investigación fueron puestos a disposición por los investigadores en redes sociales informacionales. Con el tiempo, se obtuvo una lista de correos electrónicos de alumnos de cursos de Graduación en Administración Pública registrados en el ambiente virtual de aprendizaje (AVA) de la universidad de la presente investigación.
Con el fin de obtener un mayor alcance de respuestas al cuestionario, también se optó por expandir la recolección de datos para estudiantes de los departamentos de Sociología, Ciencia Política, Gestión de Políticas Públicas, Derecho y Administración. Se optó por esta decisión metodológica porque eran departamentos cuyas temáticas de debate abordaban la génesis y formación del comportamiento político en los ciudadanos. Dichos departamentos incluyen el tema de la investigación por medio del contenido de sus disciplinas en la parrilla curricular, así como por medio de charlas, actividades de extensión a la comunidad académica y otras actividades.
Posteriormente, se envió a los posibles encuestados un correo electrónico individual que contenía el enlace al instrumento de actitudes, acompañado por una carta de sensibilización, cuyo contenido tenía como objetivo motivar su participación. Los correos electrónicos de los estudiantes fueron obtenidos gracias a las secretarías de los Departamentos. Dicha carta de sensibilización describía los objetivos de la investigación y resaltaba, además, la importancia de la participación espontánea y la relevancia y necesidad de que las respuestas fueran otorgadas con la opinión sincera del encuestado. Otro aspecto esencial de la carta de sensibilización se refería a la garantía de confidencialidad de las opiniones expresadas por los encuestados.
Todos los procedimientos a seguir para el correcto llenado de la escala fueron previamente definidos con el fin de minimizar posibles sesgos de análisis del encuestado y, así, evitar los posibles errores en el llenado del instrumento. Cabe mencionar que se realizaron algunas pruebas del instrumento por parte del equipo de investigación, así como del registro de las respuestas en la base de datos, para que no hubiera ningún error, de cualquier especie. Los contenidos del correo electrónico y del instrumento, autoexplicativos y autoaplicables, fueron cuidadosamente analizados, y se hicieron de manera parsimoniosa y comprensible para el análisis y posterior juicio de los encuestados.
Análisis de datos
Las respuestas de todos los participantes al instrumento de la investigación se registraron automáticamente en un archivo de datos electrónico. Posteriormente, fueron importados al software SPSS (Statistical Package for the Social Sciences), versión 22.0, para el análisis de los datos de la investigación.
Inicialmente, se sometieron los datos a análisis estadísticos exploratorios y descriptivos; luego, se identificó la ocurrencia de casos extremos (outliers) uni y multivariados, y se evaluó su influencia en el patrón de respuestas obtenidas. De 461 casos obtenidos, se encontraron 16 outliers, por lo que la muestra final se redujo a 445 casos.
Con el fin de identificar casos extremos univariados, se hizo la transformación de las variables en puntuación estandarizada (Z). Después, se adoptó el criterio de exclusión de las respuestas iguales o superiores a 3 (p < .001, bicaudal), y, específicamente en los casos extremos multivariados, se procedió al análisis estadístico con base en la distancia mahalanobís (a=.001). Resalta el hecho de que todas las etapas de análisis de este trabajo se realizaron con y sin casos extremos uni y multivariados, con el fin de identificar eventuales diferencias en los resultados finales que dichos datos podrían provocar.
Por otra parte, la evidencia de validez de la escala fue analizada por medio del Análisis Factorial Exploratorio. Como se trata de una primera búsqueda por validación interna del instrumento construido, se optó por no realizar el análisis factorial confirmatorio en este momento -pensando en la realización de este estudio-.
Por tanto, se inició el análisis de la estructura empírica con el análisis de los componentes principales, seguido por el análisis de la multicolinealidad y factoridad de la matriz (por medio del análisis del tamaño de la muestra, el tamaño de las intercorrelaciones -por encima de .32, distribución de los valores propios, scree plot y la prueba de esfericidad de Bartlett- el AIC, con p < .001, y el análisis del KMO) y el análisis paralelo. Posteriormente, se realizaron análisis factoriales (PAF).
Por último, se utilizó el método PAF, con rotación oblicua (direct oblimin), con el fin de verificar las correlaciones entre los factores; y se procedió al cálculo de puntuaciones factoriales, donde se destaca que hay diferentes tipos de criterios para la determinación del número de factores, los cuales pueden reducirse a tres: criterios estadísticos (pruebas de significancia), criterios convencionales y la relevancia del componente o factor (Pasquali, 1999). Además de estos tres criterios, se utilizaron otros más para la determinación factorial de la matriz: valores propios > 1, mínimo del 3 % de la varianza explicada, scree plot, determinación de cargas factoriales (> .30), análisis de correlación entre factores, consistencia interna (alfa de Cronbach) e interpretabilidad de las soluciones encontradas.
Consideraciones éticas
Cada participante respondió a un consentimiento informado estructurado (Termo de Consentimento Livre e Esclarecido, TCIE), que contenía información sobre la investigación, contacto de los profesionales responsables y aclaraciones sobre la no obligatoriedad y posible interrupción de la participación en la investigación.
RESULTADOS
En esta sección se presentan los resultados de los procedimientos de análisis factorial exploratorio adoptados y se da cuenta de la evidencia psicométrica del instrumento, así como sus parámetros de confiabilidad y precisión.
Los resultados indicaron que en las soluciones factoriales de la escala extraída de la matriz sin casos extremos se encontró un aumento tanto de la varianza total explicada como del valor propio (eigenvalue) de los componentes. Se observó, también, que incluso comparando los resultados obtenidos con y sin los casos extremos identificados, las posiciones de los ítems en la escala se vieron modificadas, lo que aumentó el tamaño de las cargas factoriales.
Los índices de consistencia interna de los factores aumentaron en relación con el análisis con casos extremos, pero el KMO permaneció casi inalterado en su valor final, por lo que se optó por el análisis e interpretación de los resultados obtenidos con la eliminación de los casos extremos uni y multivariados identificados. Resalta el hecho de que este procedimiento de eliminación de casos extremos se pudo realizar debido a que la muestra se consideró de manera exhaustiva, lo que permitió la eliminación de dichos casos sin comprometer el número final de participantes. Asimismo, cabe resaltar que no hubo pérdida significativa de datos hasta el punto de inviabilizar los análisis estadísticos propuestos.
El análisis gráfico del scree plot, realizado por intermedio de los componentes principales, indicó que la matriz de correlaciones fue factible, con un KMO = .81 y una indicación de hasta siete factores. También, se comprobó que el primer factor se destacó de los demás en términos de los valores propios y del porcentaje de la varianza explicada. La solución con siete factores, obtenida por medio del análisis de los componentes principales, sugirió una estructura factorial poco parsimoniosa. Algunos componentes ni siquiera eran teóricamente defendibles (Pasquali, 1999).
Por lo tanto, se procedió al análisis de factorización de los ejes principales (PAF), forzando la solución con seis, cinco y cuatro factores. La estructura empírica encontrada mostró que todos los ítems de los últimos factores pertenecían, concomitantemente, a los demás factores, compartiendo carga factorial entre sí. También hubo una fuerte correlación entre los factores, lo que indicó otras soluciones factoriales para la escala, apuntando al alcance de una estructura empírica más coherente y parsimoniosa.
En la solución forzada de tres factores, también por medio de la PAF, con rotación oblicua y tratamiento listwise de los datos omitidos, se encontró una estructura empírica más parsimoniosa. Las cargas factoriales variaron de .82 a .31; y se optó por no retirar los ítems con cargas cercanas a .30, por ser considerados mínimamente aceptables, conforme a Fabrigar, Wegener, MacCallum & Strahan (1999) y Hair, Black, Babin y Anderson (2010).
El primer factor, denominado "Grado de conocimiento sobre política", constituido por 15 ítems, corresponde a la evaluación de los encuestados sobre lo que significa la política. El alfa fue de .82, con valor propio de 5.07 y varianza explicada de 18.78 %. Específicamente, este factor empírico se refiere al grado de información que los encuestados poseen sobre las características de la política. Es decir, los ítems contenían preguntas sobre la importancia de la política para el progreso de una sociedad democrática, así como las reacciones que los individuos tienen al mencionar el término "política"; al igual que la importancia de la misma para el mantenimiento del concepto de sociedad, y su relación con el concepto de democracia.
El segundo factor empírico, "Emociones sobre la política", con siete ítems, presentó un alfa de .72, con valor propio de 3.17. El factor se refiere a lo que, en opinión de los encuestados, lleva a los individuos a involucrarse en la política. Este factor contempla las dimensiones concernientes a la pasión por la política, así como lo que lleva a las personas a comprometerse en la misma. En la Tabla 1 se presentan los datos de evidencia de validez.
Tabla 1. Cargas factoriales de los factores Grado de conocimiento sobre política, Emociones e Intención conativa
El tercer factor, "Intenciones conativas frente a la política", quedó constituido por dos ítems, con un alfa de .80. Este factor consiste en las percepciones acerca de la utilización de la política para fines personales, de acuerdo con los preceptos esperados en el pensamiento político que ponen énfasis en la atención de intereses colectivos de la sociedad. En la Tabla 1 se ilustra toda la información correspondiente.
Como se puede observar, los tres factores abarcan actitudes favorables o desfavorables frente a la política. Los dos ítems constantes en el tercer factor tienen polaridades o facetas de contenido negativo (Pasquali, 1999), pero son complementarios con los factores anteriores. La actitud "variable humana" se mide en términos de reacciones positivas o negativas frente al objeto, como se encontró en el presente trabajo.
A continuación, se hacen recomendaciones para las nuevas investigaciones sobre el tema. De cualquier forma, por el criterio estadístico y de relevancia para el análisis, se optó por mantener estos ítems en esta estructura con tres factores; por tanto, la escala presenta indicios de validez que permiten su aplicación en un contexto mayor con el fin de identificar las actitudes sociales de los individuos ante la política.
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue construir y validar empíricamente y de forma exploratoria una escala brasileña de actitudes ante la política; y, tal como se demostró en los resultados, se cree que el objetivo fue alcanzado. Todos los procedimientos de validación (semántica, por jueces y empírica) fueron reportados, y los resultados pueden ser considerados positivos en cuanto a las evidencias de validez.
Específicamente, se identificaron tres factores empíricos: uno concerniente al grado de conocimiento sobre lo que es política, otro referente al tipo de emociones -o afectos- despertados por este objeto y un tercero que hace referencia a las intenciones conativas; todos relacionados con la literatura presentada.
El constructo "actitud" es de difícil medición, y su independencia (o interdependencia) de otros fenómenos, como las emociones o los comportamientos observables, necesita ser mejor investigada científicamente. Los hallazgos de este trabajo corroboran, en parte, los resultados encontrados en Camino (1996) y Pereira et al. (2001). Conceptos similares disponibles en la literatura, como las actitudes democráticas (Pereira et al., 2004), presentaron una medida unifactorial. Esto refleja la dificultad de operacionalizar el constructo actitud en términos del desarrollo de instrumentos relacionados con su respectiva estandarización.
Por otra parte, el coeficiente de confianza obtenido indica que la escala se puede mejorar, por lo que se hace necesario, para replicaciones posteriores, que se agreguen ítems más relacionados a las propiedades psicológicas de las actitudes, con énfasis en la intención conativa frente a este fenómeno.
También, la percepción que se tiene al analizar los resultados es que se obtuvo un posicionamiento democrático de los participantes sobre el objeto, pero no sus disposiciones psicológicas, con base en el concepto de actitud. Por tanto, sobresale el hecho de que no se esperaba obtener un coeficiente elevado, ya que se trata de un constructo complejo y de difícil operacionalización, además de que este es un estudio exploratorio. Las nuevas evidencias de validez deben ser probadas en otras muestras, buscando la generalización del instrumento aquí expuesto.
Por otra parte, una limitación del estudio se refiere a la posible influencia de ideologías o posiciones a favor o en contra del objeto "política", y una de las hipótesis es que esto pudo deberse a la influencia del sesgo de deseabilidad social. Sin embargo, la escala de actitudes frente a la política es una medida precisa, confiable y válida, ya que permite la investigación de parte de los temas relacionados con la formación de actitudes sociales y su probable influencia sobre el comportamiento político; aunque esta relación debe ser probada empíricamente.
Asimismo, el instrumento presentó, en su versión final, ítems con contenido favorable y desfavorable relativos a las actitudes sociales. No obstante, la adopción de ítems con sentido desfavorable y favorable en una misma escala, aunque aconsejado por teóricos del área (Pasquali, 1999), parece no haber alcanzado el efecto final esperado, ya que esos ítems no contribuyeron significativamente al instrumento, y obtuvieron, incluso, las cargas factoriales y comunes menores. Se sugiere que estos elementos sean reformulados, ya que, además, cuentan con expresiones fuertes como "intereses personales" o "sacar ventaja", que pueden alterar el análisis de los individuos.
Una sugerencia para estudios futuros se refiere a la formulación de un instrumento de medida específicamente dirigido a la identificación de factores psicosociales potencialmente inhibidores de actitudes favorables. Dicho instrumento deberá agregar una dimensión simbólica del término "política", con el objetivo de medir el grado de implicación del encuestado con acciones de naturaleza política en su comunidad.
Además, deben añadirse ítems para medir lo que cada encuestado comparte sobre las creencias favorables sobre la política. La metodología cualitativa puede, incluso, ser una herramienta interesante en ese sentido, ya que podría utilizarse para profundizar la investigación de las variables relacionadas con las actitudes y los comportamientos negativos frente a la política.
También, se espera que la extensión del concepto de actitudes frente a un objeto social, como sucede con la política, permita un análisis más complejo y detallado sobre el comportamiento político. Sin embargo, este concepto necesita ser utilizado en otros estudios, con perfiles muestrales distintos, con el fin de verificar la generalidad de los resultados, la consistencia y la estabilidad de las estructuras empíricas encontradas.
Igualmente, como limitaciones, se confirma que la confusión conceptual en el campo de actitudes viene siendo una constante en los estudios en el área, lo que ha dificultado la operacionalización empírica del concepto. Al respecto, hay distintas perspectivas conceptuales en las investigaciones en psicología social y psicología política -como actitudes democráticas y actitudes pre-democráticas, entre otros- que se proponen investigar las actitudes; sin embargo, estos conceptos no están totalmente alineados con los instrumentos y medidas desarrollados para su evaluación. Hay casos en que tales instrumentos no evalúan más allá de lo propuesto en el concepto.
Adicionalmente, se sugiere, para estudios futuros, que se cuente con la reaplicación del instrumento aquí validado en diferentes países, con el fin de alcanzar una mayor cobertura y consistencia en la evaluación realizada. También, se sugiere la investigación conceptual y empírica de la posible relación entre variables como comportamiento político, compromiso político, cognición política, cognición social y emociones despertadas por el comportamiento político.
Finalmente, resulta necesario mejorar la evaluación de actitudes descrita en este trabajo. Incluso, la confusión entre política y partidos políticos puede ser explotada por medio de nuevos ítems. Asimismo, también deben probarse otros procedimientos de análisis de datos, como pueden ser el modelado por ecuaciones estructurales (análisis factorial confirmatorio) y discriminante, para comparar el término con otros conceptos y medidas.
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