Artículo Percepción de las personas en niños y niñas de 10-12 años:
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Néstor Daniel Roselli
Universidad Católica Argentina, Buenos Aires,
Argentina
https://orcid.org/0000-0002-7313-4566
nestorroselli@uca.edu.ar
Datos de contacto: Centro de Investigaciones en Psicología y Psicopedagogía, Facultad de Psicología y Psicopedagogía, Universidad Católica Argentina, Av. Alicia Moreau de Justo 1600, C. P.: 1107, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Nota del autor: Proyecto de investigación La representación social de las edades de la vida (CIPP 009). Disponible en www.cipp.uca.edu.ar. El autor agradece la colaboración prestada por la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad Católica Argentina, tanto de los directivos y docentes, como de los becarios y alumnos adscriptos al Centro de Investigaciones. El presente trabajo no recibió financiación específica de agencias del sector público, comercial, ni de organismos no gubernamentales.
Conflicto de intereses: No se reporta ningún conflicto de interés respecto al tema de investigación ni de índole institucional.
Recibido: septiembre 5/2023
Concepto de evaluación: junio 4/2024
Aceptado: julio 22/2024
Cómo citar [APA]: Roselli, N. D. (2024). Percepción de las personas en niños y niñas de 10-12 años: comparación con otros grupos etarios. Acta Colombiana de Psicología, 27(2), 131-147. https://doi.org/10.14718/ACP.2024.27.2.8
Resumen
La percepción de las personas por medio de categorías identificatorias descriptivas (como el sexo, la edad, y la apariencia física, psicológica y social) es un proceso psicológico básico que permite ordenar la realidad y regular el comportamiento social. Para la psicología del desarrollo resulta de gran interés estudiar la evolución de este proceso a lo largo de las distintas edades de la vida, y es por esto que en la presente investigación se estudia dicha percepción en el caso de los niños y niñas, en el marco de otros estudios realizados con jóvenes, adultos y adultos-mayores. Para ello, se contó con la participación de 60 niños de 10-12 años de edad, que realizaron individualmente cuatro tareas: (a) describir libremente el contenido de cuatro fotos de personas (una niña, un señor adulto, un muchacho joven y una señora adulta mayor); (b) dividir un set de ocho fotos de personas adultas y adultas mayores (varones y mujeres, serias y sonrientes, con vestimenta formal e informal, con y sin accesorios) en dos grupos a partir de un criterio clasificatorio; (c) dividir una serie etaria continua de siete fotos (niña-anciano) en dos y tres grupos; y (d) calcular los años de edad de cinco de las siete fotos anteriores (joven, adulto, adulto joven, adulto mayor, adolescente). Los resultados muestran que las categorías objetivas, como edad, sexo, vestimenta y rasgos físicos, son las más recurrentes, en comparación con las categorías subjetivas o inferenciales. Esto se explica tanto por razones evolutivas, como sociales. Los resultados se comparan con los hallazgos de estudios con muestras de otros grupos etarios.
Palabras clave: percepción social, percepción de personas, cognición social, desarrollo cognitivo.
Abstract
The perception of people through descriptive identifying categories (such as gender, age, and physical, psychological, and social appearance) is a basic psychological process that allows us to organize reality and regulate social behavior. Developmental psychology is particularly interested in studying the evolution of this process throughout different stages of life. Therefore, this research investigates such perception in children, within the framework of other studies conducted with youth, adults, and the elderly. The study involved 60 children aged 10-12 years, who individually completed four tasks: (a) freely describe the content of four photos of people (a girl, an adult man, a young man, and an elderly woman); (b) divide a set of eight photos of adults and elderly people (men and women, serious and smiling, dressed formally and informally, with and without accessories) into two groups based on a classification criterion; (c) divide a continuous age series of seven photos (from child to elderly) into two and three groups; and (d) estimate the age of five of the seven photos mentioned earlier (young, adult, young adult, elderly, adolescent). The results show that objective categories, such as age, gender, clothing, and physical traits, are the most recurrent, compared to subjective or inferential categories. This can be explained by both evolutionary and social reasons. The results are compared with findings from studies with samples from other age groups.
Keywords: social perception, people's perception, social cognition, cognitive development.
Introducción
La presente investigación se inserta en el marco de una serie de estudios empíricos sobre la percepción de personas en diferentes grupos etarios (Roselli, 2018, 2022a, 2022b, 2023), y se enmarca, de manera más general, en una línea de investigación sobre las representaciones sociales de las edades de la vida. Por esta razón, los resultados que se reportan cobran sentido en función comparativa con los obtenidos en dichas investigaciones en muestras de jóvenes, adultos y adultos mayores. Este enfoque comparativo inter-etario se inscribe en una dimensión ampliada de la psicología del desarrollo, comúnmente denominada ciclo de vida.
La idea fundante de este y de los estudios predecesores es que la percepción de las personas —esto es, los descriptores empleados para identificar y clasificar a las personas— varía en función de cada etapa del desarrollo. En el caso que nos ocupa, se sabe que la infancia constituye una etapa decisiva del desarrollo, razón por la cual existe un gran número de estudios sobre distintos aspectos de la construcción de nociones sociales, tales como el desarrollo moral y una variedad de conceptos económicos y sociales (Castorina, 2012); y es por esto que el presente estudio, al margen del aporte comparativo con otros grupos etarios, tiene un valor teórico en sí mismo, por cuanto aborda la percepción de personas en una edad temprana en el proceso de construcción psicológica del mundo social. Por lo tanto, abordar este fenómeno resulta de alta significación teórica tanto para la psicología del desarrollo como para la psicología social. En particular, este estudio busca rescatar la impronta peculiar que tiene esta etapa en el desarrollo evolutivo; sin embargo, no se trata de un estudio evolutivo clásico en sentido piagetiano —centrado en la microgénesis de las etapas evolutivas del desarrollo infantil—, sino de una recolección de datos limitada al período de los 10 a los 12 años, por razones que se exponen más adelante.
La percepción de personas registra una rica y variada gama de contribuciones, especialmente a partir de las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, cuando la percepción del mundo social pasó a tener entidad propia, diferenciada de la percepción del mundo físico (Echeita, 1988; Marchesi, 1984). En este contexto, Turiel (1983) diferencia entre el dominio conceptual del conocimiento de los otros —y de nosotros mismos—, del dominio del conocimiento de las reglas que rigen el comportamiento social y el conocimiento de las instituciones sociales —familia, escuela, nación—.
Ahora bien, uno de los temas centrales en torno a la percepción de personas fue el de la psicogénesis de este proceso en el desarrollo infantil. Inicialmente, en los primeros estudios predominó una corriente innatista, de impronta darwiniana, que sostenía que había disposiciones innatas en las especies biológicas —incluida la humana— de reconocimiento cognitivo del mundo físico y social. De hecho, se postuló la teoría del "bebé competente" (Rivière, 1986), según la cual, más allá de lo que la maduración y el aprendizaje pudieran aportar, desde el inicio del desarrollo estaban dadas todas las condiciones cognitivas para la categorización de las personas.
Desde una perspectiva piagetiana constructivista, Delval (1981) reivindica una posición opuesta, sosteniendo la especificidad del desarrollo psicogenético humano constructivo no solo para la percepción de personas, sino también para todo el mundo social —el desarrollo del juicio moral es sin duda un ejemplo paradigmático—. Asimismo, en esta línea cabe citar el aporte de Barenboim (1981), quien diferencia tres etapas cronológicas en el desarrollo de la percepción de personas, a saber: (a) "comparación comportamental entre las personas", (b) "construcción de conceptos psicológicos" aplicados a las personas, y (c) "utilización de estos conceptos para la comparación interpersonal" —etapa que se desarrolla entre los 10 y 12 años de edad—.
En la misma línea, González et al. (2010) reconocen diferencias cualitativas entre niños de 4, 5 y 7 años en el reconocimiento y asignación de rasgos personales. A su vez, Chen et al. (2016) sostienen que hay patrones básicos de inferencia de rasgos de personalidad ("nice" y "mean") comunes a las dos culturas que compararon, a partir de los cuales se desarrollan patrones más discriminativos.
Por su parte, Shantz (1975) identificó las distintas áreas o aspectos que se pueden diferenciar dentro del campo de la percepción de personas, entre las que se encuentran: (a) la comprensión de lo que los otros ven; (b) la percepción de los sentimientos de los otros —empatía—; (c) las inferencias sobre lo que los otros piensan —teoría de la mente—; y (d) la comprensión de la personalidad de los otros.
Cada uno de estos aspectos ha dado lugar a una variada cantidad de aportes, pero no es la intención de este trabajo entrar en una revisión sistemática de los mismos; basta decir que, en general, todos rescatan etapas de complejidad creciente que van desde formas más concretas y objetivas a niveles inferenciales cognitivamente más elaborados. Así, por ejemplo, se pasa de un juicio concreto de un comportamiento basado en los resultados a un juicio más abstracto o inferencial basado en las intenciones.
Esto explica la selección de los límites cronológicos de nuestra muestra (10-12 años). Se supone que a esta edad se alcanza un desarrollo cognitivo de un relativo dominio de los procesos lógico-proposicionales—inteligencia formal—y en la socialización —interacción social simétrica con iguales—, en lenguaje piagetiano, que habilitaría a una comparación relativamente equitativa con los restantes grupos etarios, objetivo central de este estudio. Esta comparabilidad apunta a reconocer formas diferenciadas de percepción categorial de personas, no basadas en distintas posibilidades cognitivas formales, sino en representaciones sociales y experiencias de vida personales distintas. En esta tesitura, el objetivo de esta investigación fue dar cuenta de los descriptores más frecuentes que los niños y niñas de esta franja etaria emplean para identificar y clasificar fotos de personas neutras —es decir, desconocidas—, y compararlos con los descriptores empleados por otros grupos etarios.
Es importante resaltar que el rostro es la vía de acceso privilegiada para categorizar a las personas, y que la percepción del rostro es un fenómeno psicosocial, por cuanto implica la inferencia de rasgos psicológicos y sociales (Ito, 2011; Moya & Martínez, 2015); y es precisamente por esto que las fotos de las personas que forman parte de esta investigación son de rostros.
Ahora bien, la percepción o categorización social de personas es un capítulo central de la psicología social (Prati et al., 2021) por cuanto aborda la cuestión de cómo las personas leen la realidad social y, sobre todo, identifican a los demás a través de categorías descriptivas que permiten regular el comportamiento social, creando expectativas y regulando la interacción social. De hecho, estas categorías descriptivas no son individuales, sino que son compartidas socialmente, es decir, que son fenómenos de grupo (Bocanegra, 2017). En realidad, como lo hacen notar Vivas et al. (2020, 2021), la identificación y clasificación de la realidad es un fenómeno que no solo se refiere a personas, pues llamar ave a todo animal con alas que vuela, o vehículo a todo medio de transporte, también remite a un proceso social de ordenamiento y lectura de la realidad.
Específicamente, se ha encontrado que las categorías utilizadas más frecuentemente para identificar y clasificar a otras personas son el sexo —como característica biológica—, la edad, la vestimenta, los rasgos físicos, la expresividad, y otros aspectos que permitan inferir comportamientos; etiquetamientos que no son inocuos, ya que crean identidad y pertenencias de grupo (Trepte & Loy, 2017). Por ejemplo, llamar joven o viejo a una persona confiere una identidad grupal, y esto a su vez crea expectativas —lo que se espera de esa persona—. En el fondo, estos etiquetamientos están en la base de las relaciones intergrupales.
De acuerdo con Kawakami et al. (2021), las categorías clasificatorias crean identidad, es decir, lo que uno es, diferenciado de lo que el otro es —o sea, lo que yo no soy—, lo cual nos permite orientar el comportamiento con nosotros mismos y con los demás, y es por esto que podemos reconocer y diferenciar nuestras pertenencias grupales —endogrupos— de las pertenencias ajenas —exogrupos—.
Ahora bien, es de resaltar que las categorizaciones sociales no solo varían según las personas a las que aplican, sino también en función de los sujetos perceptores (Rhodes & Baron, 2019), y es precisamente la interrelación entre sujeto-perceptor y objeto de percepción lo que constituye el eje central de esta investigación, pues se confronta la percepción infantil respecto a fotos de personas que varían en cuanto al sexo, edad, vestimenta, rasgos físicos y expresividad del rostro, pero también se compara las muestras de los niños con las de otros grupos etarios estudiados en investigaciones anteriores.
La idea teórica de base es que la edad de los sujetos perceptores es una variable interviniente central en el proceso de categorización identificatoria de las personas; y en este sentido, se podría afirmar que la representación subjetiva que los sujetos perceptores tienen del tiempo juega un papel esencial, pues, en efecto, la perspectiva temporal del pasado, presente y futuro varía según la edad: los niños tienen una perspectiva temporal centrada en el presente y en un pasado y futuros cercanos (Baikeli et al, 2021; Gagnon-Harvey et al., 2021; Laureiro-Martínez et al., 2017). Es por esto que la percepción que tienen los niños de la edad de los adultos y mayores es abstracta y ajena a su propia experiencia.
Pero esto no se explica solamente por condiciones intrínsecas de la etapa evolutiva de los sujetos, o sea, por las condiciones propias del desarrollo. Como bien lo hacen notar Barreiro (2018), Barreiro y Castorina (2017), y Castorina (2018), la lectura de la realidad que realizan los niños no depende solo de sus posibilidades cognitivas y de su propia experiencia, sino también de las representaciones sociales que se construyen en la interacción social, con lo cual se crea una suerte de polifasia cognitiva en la construcción del conocimiento social —de la que hablaba Serge Moscovici— que encubre contradicciones entre grupos sociales dentro de una sociedad. En esta perspectiva, la psicología genética y la psicología social se integran y complementan.
En síntesis, el objetivo de esta investigación es describir las categorías identificatorias y clasificatorias más frecuentes que emplean los niños y niñas de entre 10 y 12 años de edad para percibir a las personas, con la finalidad de, posteriormente, llevar a cabo una comparación inter-etaria. Se tiene como hipótesis que tales categorías perceptuales son específicas de esta etapa del desarrollo cognitivo, y que, en ese sentido, difieren de las empleadas en etapas más avanzadas del desarrollo —juventud y adultez—. Esta discriminación etaria permite vincular el proceso cognitivo básico de la percepción de personas con la psicología del desarrollo cognitivo a lo largo del ciclo de vida.
Método
Tipo de estudio
Se empleó un diseño no experimental (ex post facto), transeccional o transversal, por cuanto se trata de una medición única de los participantes, en un determinado momento temporal, con una finalidad eminentemente descriptiva (Sampieri et al., 1998).
Participantes
La muestra incluyó 60 niños y niñas (28 niños y 32 niñas), de entre 10 y 12 años: 19 de 10 años (31.7 %), 27 de 11 años (45 %) y 14 de 12 años (23.3 %), con M = 10.92 y DE = .743, de nivel sociocultural medio, de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Como ya se dijo, la elección de esta franja etaria se explica por estar en una etapa del desarrollo infantil relativamente consolidada en términos del desarrollo cognitivo y socio-relacional. Esto permite condiciones de una relativa pero aceptable comparabilidad inter-etaria, incluido el uso de los mismos instrumentos, condición esencial para dicha comparación.
Como criterio de inclusión, los participantes debían estar asistiendo a una escuela primaria (quinto, sexto o séptimo grado), pública o privada, y residir dentro del radio urbano de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. El criterio de exclusión fue manifestar algún tipo de retraso madurativo o discapacidad cognitiva, o pertenecer a un sector poblacional de extrema vulnerabilidad social. En este sentido, el procedimiento de acceso a la muestra, a través de la mediación de alumnos universitarios, garantizó una relativa homogeneidad socioeducativa.
Instrumentos
Cada participante realizó, individualmente, y asistido por un(a) administrador(a), cuatro tareas:
• Tarea A: describir libremente el contenido de cuatro fotos de personas (una niña, un señor adulto, un muchacho joven y una señora adulta-mayor).
• Tarea B: dividir un set de ocho fotos de personas adultas y adultas mayores (varones y mujeres, serias y sonrientes, con vestimenta formal e informal, con y sin accesorios) en dos grupos de acuerdo a un criterio clasificatorio (se aceptaban hasta tres clasificaciones).
• Tarea C: dividir una serie cronológicamente continua de siete fotos, la primera de una niña y la séptima de un anciano, en dos y tres grupos, trazando una o dos líneas divisorias.
• Tarea D: calcular los años de edad de cinco de las siete fotos anteriores (joven, adulto, adulto joven, adulto mayor, adolescente).
No había tiempo asignado, y en cada set de fotos ofrecidas se buscó balancear el género, la edad, la actitud psicológica (sonriente-seria) y los rasgos físico-sociales (vestimenta, accesorios). La selección de las fotos se realizó con base en una prueba piloto de diferentes edades que permitió establecer un coeficiente de concentración y dispersión de respuestas categoriales descriptivas de una serie variada de fotos, optando por las que registraban mayor coincidencia intrafoto y mayor dispersión interfotos. Las mismas fotos se utilizaron en todos los estudios comparativos (véase Tablas 1 y 2).
Tabla 1. Esquema descriptivo de las cuatro fotos utilizadas en la tarea A
Foto niña (1) |
Foto adulto (2) |
Foto joven (3) |
Foto anciana(4) |
10 años/femenino/ |
45 años/masculino/ |
20 años/masculino/ |
70 años/femenino/ |
vestimenta informal/ |
vestimenta formal/ |
vestimenta informal/ |
vestimenta formal/ |
sin accesorio/ |
sin accesorio/ |
con accesorio/ |
con accesorio/ |
sonriente/ |
serio/ |
serio/ |
sonriente/ |
Tabla 2. Esquema descriptivo de las ocho fotos empleadas en la tarea B
Foto anciana (1) |
Foto adulta (2) |
Foto adulto (3) |
Foto anciano (4) |
70 años/femenino/ |
40 años/femenino/ |
40 años/masculino/ |
70 años/masculino/ |
vestimenta informal/ |
vestimenta informal/ |
vestimenta formal/ |
vestimenta formal/ |
sin accesorio/ |
con accesorio/ |
sin accesorio/ |
con accesorio/ |
seria/ |
seria/ |
sonriente/ |
sonriente/ |
ref. social baja/ |
ref. social baja/ |
ref. social alta/ |
ref. social alta/ |
Foto anciana (5) |
Foto adulta (6) |
Foto anciana (7) |
Foto adulta (8) |
70 años/femenino/ |
40 años/femenino/ |
70 años/femenino/ |
40 años/femenino/ |
vestimenta informal/ |
vestimenta informal/ |
vestimenta formal/ |
vestimenta formal/ |
con accesorio/ |
sin accesorio/ |
con accesorio/ |
sin accesorio/ |
sonriente/ |
seria/ |
seria/ |
sonriente/ |
ref. social baja/ |
ref. social baja/ |
ref. social alta/ |
ref. social alta/ |
Las consignas fueron las siguientes:
Tarea A
"A continuación te voy a ir mostrando una serie de fotos. Vos tenés que decir lo que ves en cada una."
Se le indicó a la persona que administró la tarea que muestre las fotos, de a una, incentivando a que la respuesta sea lo más completa posible, sin ser sugerente; por ejemplo, si el niño dice "Es una niña" en la foto 1, preguntar "¿Qué más podés decir de esa niña?". Igual para las fotos restantes: adulto, joven y anciana.
Tarea B
"Te voy a mostrar ocho fotos de una serie de personas. La tarea consiste en agruparlas en dos grupos según algo que tengan en común. De hecho, hay diferentes criterios de clasificación. Los grupos no necesariamente deben tener la misma cantidad de fotos. Así, los dos grupos de fotos pueden ser de 4-4, 5-3, 6-2, o 7-1. Por ejemplo, alguien podría clasificar a esas personas en gordas y flacas, o lindas y feas. Vos podés clasificarlas o agruparlas como quieras."
Se le indicó a la persona que administró la tarea que aunque el niño o niña no respete que debe agrupar las ocho fotos, por ejemplo, supongamos que los grupos sean 4-3 o 3-3, igual se lo debe aceptar. Si bien se deben respetar las palabras del propio niño, debe quedar claro cuál fue el criterio que este empleó. Se admiten hasta tres clasificaciones, pero no es necesario que el niño haga esa cantidad si no se le ocurre ningún otro criterio clasificatorio. Una vez que el niño hace su primera clasificación señalando con el dedo, se debe incentivar a ver si se le ocurre alguna otra, sin ser sugerente.
Tarea C
"Dividí la siguiente serie de siete fotos de personas de diferente edad en dos grupos: las de menos y las de más edad (1. niña, 2. adolescente, 3. joven, 4. adulta joven, 5. adulto, 6. adulta mayor, 7. anciano). Para ello trazá una línea vertical divisoria o decime dónde la trazarías, entre qué fotos."
Posterior a esta consigna, se le indicó a la persona que administró la tarea que dijera:
"Dividí la misma serie de siete fotos de personas de diferente edad en tres grupos: las de menos edad, las de más edad y las de edad intermedia. Para ello trazá dos líneas verticales divisorias o decime donde las trazarías, entre qué fotos."
Tarea D
"Te voy a ir mostrando algunas fotos y vos tenés que decir la edad de cada una de esas personas."
Se le indicó a la persona que administró la tarea que muestre, de a una, las fotos 3, 5, 4, 6 y 2—en ese orden— de la serie anterior.
Consideraciones éticas
Se aseguró el consentimiento voluntario de cada uno de los participantes, así como el consentimiento informado de alguno de los padres o tutores a cargo, y se garantizó el anonimato y la utilización exclusivamente estadística y científica de los datos. La investigación no implica ningún riesgo para los participantes ni alteración invasiva de la privacidad y el comportamiento; además, no se solicitó ningún dato ni opinión personal por fuera de los instrumentos estandarizados.
El proyecto fue evaluado y aprobado por el Conicet, y se ajustó al reglamento del comité de ética y al Marco ético de referencia para las ciencias sociales y humanidades (Resolución 2857 de 2006) en Argentina.
Procedimiento
La administración de la tarea, presentada como una actividad lúdica, fue individual y presencial en el domicilio de cada participante. Las entrevistas fueron orales, mediadas por computadora, donde se presentaron las diferentes tareas. Las respuestas fueron registradas por escrito por el entrevistador. No hubo tiempo asignado, y cada entrevista tuvo una duración promedio de 20 a 25 minutos.
Análisis de datos
El análisis fue básicamente descriptivo, centrado en el cómputo de frecuencias de cada categoría de respuesta. Solo se apeló a estadística inferencial en los casos que en los que lo ameritaba por la importancia teórica de las diferencias (entre edad y sexo, y entre descripto res/criterios objetivos o no inferenciales y subjetivos o inferenciales). La primera parte del análisis, que se presenta en el apartado de resultados, se centra en los datos intramuestra; y luego, en la sección de discusión, se realizan comparaciones con los resultados de las investigaciones hechas en otros grupos etarios.
Resultados
Tarea A
Esta tarea consistió en la descripción del contenido de cuatro fotos de personas (una niña, un señor adulto, un muchacho joven y una señora adulta-mayor). Los resultados se presentan en la Tabla 3.
Tabla 3. Descriptores utilizados en las cuatro fotos (frecuencia y porcentaje)
Descriptores |
Foto niño |
Foto joven |
Foto adulto |
Foto anciano |
Mix sexo-edad |
61 (27.7 %) |
47 (20.9 %) |
45 (21.5 %) |
43 (17.8 %) |
Edad |
9 (4.1 %) |
14 (6.2 %) |
13 (6.2 %) |
44 (18.3 %) |
Vestimenta |
16 (7.3 %) |
21 (9.3 %) |
42 (20.1 %) |
12 (5.0 %) |
Accesorio |
0 (0.0 %) |
48 (21.3 %) |
0 (0.0 %) |
26 (10.8 %) |
Característica objetiva |
31 (14.1 %) |
15 (6.7 %) |
9 (4.3 %) |
35 (14.5 %) |
Rasgo físico |
27 (12.3 %) |
29 (12.9 %) |
32 (15.3 %) |
21 (8.7 %) |
Actitud/expresividad |
37 (16.8 %) |
24 (10.7 %) |
44 (21.1 %) |
41 (17.0 %) |
Acción/situación |
39 (17.7 %) |
17 (7.6 %) |
8 (3.8 %) |
18 (7.5 %) |
Característica social/ocupación |
0 (0.0 %) |
8 (3.6 %) |
11 (5.3 %) |
0 (0.0 %) |
Otro |
2 (0.9 %) |
5 (2.4 %) |
1 (0.4 %) |
|
Total |
220 (100 %) |
225 (100 %) |
209 (100 %) |
241 (100 %) |
Es importante señalar que es difícil separar sexo de edad, ya que normalmente el sexo no se utiliza como categoría autónoma (varón, mujer) para identificar una persona; así que, en general, se emplean categorías mixtas sexo-edad: niño(a), nene(a), chico(a), muchacho(a), señor(a), anciano(a). Solo cuando se hace referencia a los años de vida de una persona se puede hablar de una categoría pura de edad, al igual que cuando se emplean palabras afectuosas que son exclusivas de un particular grupo etario (p. ej., "viejita" o "abuela", con un matiz afectuoso). Es por esto que se opta por distinguir una categoría mixta sexo-edad, de modo tal que las frecuencias de edad de esta categoría deben sumarse a la de edad pura. A partir de esto, resulta evidente que edad (edad+mix edad-sexo) es el descriptor más utilizado en todas las fotos, especialmente en la de la anciana, por encima de sexo (chi* p < .02 en foto anciana).
Algo parecido ocurre con vestimenta y accesorios, particularmente relevantes en la foto joven y en la foto adulto, y mucho menos en las restantes. Característica objetiva y rasgos físicos, sumadas, también están entre las más frecuentes, así como actitud/expresividad, que registra también valores medios destacables en todas las fotos, lo que habla de una inferencia psicológica a partir de la expresividad de los rostros. Aunque con menos frecuencias, acción/situación, esto es, inferencias de comportamiento o actividad posible, también están presentes en todas las fotos, sobre todo en la foto niña. Por último, característica social/ocupación solo es mencionada en foto joven y foto adulto.
Si se comparan, sumados en el total de fotos, los descriptores objetivos o no inferenciales (vestimenta, accesorios, característica objetiva, rasgo físico), con los subjetivos o inferenciales (actitud/expresividad, acción/situación, característica social/ocupación), se observa que los primeros aventajan significativamente a los segundos (chi* p < .05).
Tarea B
La tarea consistió en dividir un set de ocho fotos de personas adultas y adultas mayores en dos grupos, a partir de un criterio clasificatorio (máximo tres clasificaciones). Los resultados se presentan en la Tabla 4.
Tabla 4. Frecuencias (y sus correspondientes porcentajes) de los criterios empleados en la primera clasificación y en el total de las tres clasificaciones del set de fotos
Criterios |
1.a clasificación |
Total tres clasificaciones |
Sexo |
4 (6.7 %) |
14 (9.8 %) |
Edad |
31 (51.7 %) |
42 (29.4 %) |
Vestimenta |
5 (8.3 %) |
15 (10.5 %) |
Accesorio |
4 (6.7 %) |
14 (9.8 %) |
Rasgo físico |
7 (11.7 %) |
29 (20.3 %) |
Actitud/expresividad |
3 (5.0 %) |
12 (8.4 %) |
Característica social/ocupación |
3 (5.0 %) |
17 (11.9 %) |
Otro |
3 (5.0 %) |
|
Total respuestas |
60 (100 %) |
143 (100 %) |
Claramente, la edad es el criterio clasificador más utilizado tanto en la primera clasificación como en el total de las tres clasificaciones, muy por encima del sexo (chi* p < .01 y chi* p < .05, respectivamente). Vestimenta+ accesorio y rasgo físico le siguen en importancia a edad, y con menor frecuencia aparecen característica social/ ocupación y actitud/expresividad, sobre todo como primera clasificación.
La comparación entre los criterios objetivos o no inferenciales (vestimenta, accesorios, rasgo físico sumados) y los subjetivos o inferenciales (actitud/ expresividad y característica social/ocupación sumados) muestran diferencias estadísticamente significativas (chi* p < .05 en la primera clasificación y en el total de las clasificaciones).
Tarea C
La tarea c consistió en dividir una serie cronológicamente continua de siete fotos (la primera de una niña y la séptima de un anciano) en dos y tres grupos, trazando una o dos líneas divisorias en los espacios correspondientes. Los resultados se presentan en la Tabla 5.
Tabla 5. División del continuum etario niña-anciano en dos grupos (1 línea) y tres grupos (2 líneas). Solo se incluyen las frecuencias mayores y la tendencia (flecha)
Nota. Los valores corresponden a los espacios (líneas divisorias) que separan los grupos.
El límite más frecuente entre los dos grupos etarios reconocidos dentro de la serie continua de las siete fotos ofrecidas se establece entre la foto del joven (3) y la de la adulta joven (4). En otras palabras, las fotos de las tres personas más jóvenes son percibidas como constitutivas de un grupo etario diferenciado del de las fotos de las personas de más edad.
Algo parecido ocurre con la distinción de tres grupos etarios (joven, intermedio y mayor), donde se reconoce mayoritariamente a las fotos 1, 2 y 3 conformando un primer grupo. El grupo intermedio está constituido por las fotos 4 y 5, y el de mayor edad por las fotos 6 y 7.
Tarea D
La tarea corresponde al cálculo de la edad de las personas correspondientes a cinco de las siete fotos de la tarea anterior (joven, adulto, adulto joven, adulto mayor, adolescente). Los resultados se presentan en la Tabla 6.
Tabla 6. Edad asignada a las personas de las cinco fotos presentadas (fotos 3, 5, 4, 6 y 2 de la serie anterior)
Foto joven |
Foto adulto |
Foto adulta joven |
Foto adulta mayor |
Foto adolescente |
17-40 |
40-48 |
29-35 |
60-70 |
14-18 |
51.7 % |
53.5 % |
50.0 % |
51.7 % |
68.3 % |
M = 19.57 |
M = 41.10 |
M = 33.65 |
M = 62.37 |
M = 15.40 |
DE = 3.84 |
DE = 8.08 |
DE = 6.97 |
DE = 10.99 |
DE = 3.44 |
Nota. Las franjas etarias que se detallan concentran el 50 % o más de los años asignados a cada foto. También se incluye la media aritmética y la desviación estándar de la totalidad de las respuestas.
La franja etaria de menor amplitud, que concentra más del 50 % de las respuestas, es la de foto joven (17-20 años) y la de foto adolescente (14-18 años). Le siguen, en este orden, foto adulto joven, foto adulto y foto adulto mayor, lo cual quiere decir que la variabilidad de opiniones aumenta a medida que aumenta la edad de referencia. Esto se aprecia también en los distintos valores del desvío estándar de la totalidad de las respuestas, mucho menores en foto joven y foto adolescente, siguiendo luego la misma tendencia ascendente.
Discusión
El objetivo de esta investigación fue describir las categorías identificatorias y clasificatorias más frecuentemente empleadas por niños y niñas de entre 10 y 12 años para percibir a las personas. Respecto a los descriptores de las cuatro fotos (tarea A), el predominio de edad (sumados los descriptores 1 y 2) en todas las fotos (y sobre todo en la de la anciana) es evidente; resultado que coincide con los de las investigaciones mencionadas en muestras de jóvenes, adultos y mayores (Roselli, 2022a, 2022b; véase Anexo 1). Sin duda, en todos los grupos etarios, la edad (y sobre todo la conjunción edad-sexo) es el descriptor universal más sobresaliente en la descripción de personas, el cual otorga identidad y define pertenencias grupales. No obstante, los niños, en este estudio, también recurren frecuentemente a vestimenta + accesorios, y a característica objetiva + rasgo físico en todas las fotos, es decir, apelan recurrentemente a indicadores físicos y objetivos más que inferenciales. Dentro de estos últimos se destaca actitud/expresividad, seguido de acción/ situación y característica social/ocupación.
Comparando estos resultados con los de las muestras de las otras edades (Roselli, 2022a, 2022b; véase Anexo 1), se observa que los jóvenes, adultos y mayores otorgan relativamente menos importancia a los descriptores físico-objetivos, y más a los inferenciales (actitud/expresividad, acción/situación y característica social/ocupación). Teniendo esto en cuenta, se puede concluir que los niños y niñas perciben de las personas más los aspectos objetivos visibles que los que pueden inferirse a través de ellos.
Por otra parte, los resultados de la tarea B (clasificación de un set de ocho fotos de adultos y adultos mayores en dos grupos) son congruentes con los de la tarea anterior, pues la edad es el criterio más recurrente entre los participantes, muy por encima del sexo tanto en la primera clasificación como en el total de las tres clasificaciones posibles. A esta le sigue vestimenta + accesorios y rasgo físico, es decir, categorías objetivas de acceso perceptual directo. Las categorías inferenciales actitud/expresividad y característica social/ocupación se ubican muy por detrás.
En las muestras de los otros grupos etarios (Roselli, 2018, 2023; véase Anexos 2 y 3) el sexo es un criterio clasificador mucho más sobresaliente, sobre todo en los jóvenes, junto con la edad. También actitud/expresividad, como criterio inferencial psicológico (seguido de
característica social), es importante, sobre todo en los mayores. En cambio, los criterios objetivos no inferenciales (vestimenta/accesorios, rasgo físico) son menos utilizados en general, y más que todo en los mayores. Estos resultados se constatan tanto en la primera clasificación como en el total de las clasificaciones solicitadas.
Por otro lado, los datos de la tarea C (división del continuum de siete fotos de edad ascendente en dos y tres grupos) muestran que los niños y niñas marcan una diferencia neta entre las tres edades más bajas y las restantes. En el caso del reconocimiento de tres grupos, el segundo límite separa las dos edades jóvenes (fotos 4 y 5) de las dos de adultos mayores (fotos 6 y 7). La comparación con los datos de los otros grupos etarios (Roselli, 2023; véase Anexos 4 y 5) muestra que los mayores tienden a integrar la foto de la adulta joven (4) dentro del grupo joven y, cuando tienen que diferenciar tres grupos, integran la foto del joven (3) a un grupo intermedio ampliado.
Finalmente, en cuanto a la tarea D (calcular la edad de las personas de cinco fotos) resulta evidente que los niños y niñas tienen una opinión más concentrada y coincidente en la foto del joven, que aumenta en términos de una mayor dispersión a medida que las fotos avanzan en edad. Esta tarea no registra resultados comparativos con muestras de otros grupos etarios.
Conclusiones
En lo que hace a la percepción de personas, la población infantil, por lo menos en la franja de 10-12 años de edad, tiene características propias bastante diferentes a las de los otros grupos etarios con los que se hicieron comparaciones. Esta especificidad concierne a la importancia asignada a la categoría edad (por sobre el sexo) y a las que remiten a aspectos objetivos de lectura inmediata o no inferenciales (vestimenta, accesorios, rasgos físicos); mientras que los aspectos inferenciales (actitud-expresividad, características sociales, acción-situación) son mucho menos frecuentes. Como ya se ha dicho, esto marca una diferencia con los restantes grupos etarios.
La explicación de esta especificidad remite a diferentes argumentos. Una óptica más piagetiana (Delval, 1981; Marchesi, 1984) pone el acento en las particularidades cognitivas del desarrollo infantil, en tanto que una visión más vygotskiana (Rivière, 1986) enfatiza el papel determinante de la interacción y de las experiencias sociales propias de la edad —que son variables según las diferentes edades—. De todas maneras, como señalan Pagés (1972) y Vivas (2021), las categorías identificatorias objetivas como el sexo y la edad —y ciertos rasgos físicos— tienen un cierto universalismo etario y cultural, al igual que las relativas a la expresividad básica (Chen et al. 2016). La especificidad del segmento etario infantil radica en el peso que se otorga al sexo y a la edad en función de los otros grupos etarios de referencia (jóvenes, adultos y mayores)y a una menor discriminación en lo que hace a la expresividad. En esto último, parecería ser que la mayor o menor experiencia de vida juega un papel determinante.
Por otra parte, retomando lo dicho en la introducción (Baikeli et al., 2021; Gagnon-Harvey et al., 2021; Laureiro-Martinez et al., 2017), los niños y niñas están —y así se sienten— generacionalmente más próximos de los adolescentes y jóvenes que de las restantes edades, sobre todo de los mayores, de los que tienen una referencia estereotipada y ambigua. Esto da cuenta de que la temporalidad infantil es de tiempo corto y muy ligada a sus referentes sociales próximos, intrafamiliares, en etapas tempranas, y más ampliadas en la adolescencia, aunque siempre con referencias cronológicamente próximas.
En síntesis, esta especie de sociocentrismo próximo y objetivismo no inferencial puede explicarse no solo por las particularidades cognitivas de esa etapa del desarrollo —pensamiento operacional-formal aún no consolidado—, sino también por factores sociales —prevalencia del entorno social próximo— que, si bien están relacionados —para Piaget (1977) el desarrollo cognitivo y social están fuertemente vinculados—, también tienen una determinación externa. En este sentido, no se puede omitir el papel determinante de las representaciones sociales que están presentes en todo el desarrollo humano, y no solo durante la infancia.
Se trata entonces de reconocer la influencia decisiva que tiene el sistema de representación social de las diferentes edades de la vida en las representaciones de todos los actores sociales de una sociedad. De hecho, de acuerdo con Barreiro y Castorina (2017), aquí convergen determinaciones intrínsecas del desarrollo evolutivo y determinaciones sociales. Así, la psicología del desarrollo del ciclo vital —incluido el desarrollo infantil— y la psicología social se vinculan y complementan.
Ahora bien, es de destacar que el valor de esta investigación consiste en haber explicitado, a través de un dispositivo original de tareas ad hoc, las características cognitivas y psicosociales de la percepción de personas propias de niños y niñas, y compararlas con los reportes de investigaciones anteriores con otros grupos etarios, lo cual permite una visión ampliada del desarrollo, enmarcada en lo que se suele denominar ciclo de vida o ciclo vital.
Por otra parte, es importante destacar que este proceso perceptual no se refiere a la percepción individual de personas concretas del entorno familiar o social cercano, sino a la lectura, identificación y clasificación de personas neutras, representativas de sujetos genéricos. No se trata de la percepción de determinadas personas en particular, sino de un proceso genérico, fuera de todo particularismo —p. ej.: "parece la foto de mi abuela", "es parecido a mi papá"—. Al respecto, resulta ilustrativo el caso de adultos mayores con deterioro cognitivo grave, que no pueden reconocer a personas de su entorno próximo, pero que sí pueden identificar sus pertenencias categoriales genéricas, como el sexo y la edad (Vivas et al., 2020).
Al respecto, precisamente, una limitación de este estudio es la dificultad de asegurar la total desvinculación entre estos dos aspectos: la identificación particular y la identificación genérica de las personas; no obstante, la muestra garantiza un control estadístico aceptable de sesgos ocasionales. Otra limitación tiene que ver con el uso exclusivo de fotos estáticas de rostros (estímulos visuales) que, obviamente, no es el de las personas actuando en la vida real, aunque esto facilitó la neutralidad individual buscada. Finalmente, si bien se buscó en la selección de las fotos estímulo el balanceo entre las posibles categorías identificatorias (sexo, edad, vestimenta, actitud expresiva, rasgos físicos), es fácticamente imposible asegurar el control de todos los sesgos, sobre todo porque no se puede incluir una serie extremadamente numerosa de estímulos. En cuanto al nivel socioeducativo de los participantes, tanto en este estudio como en los que son objeto de comparación, las muestras buscaron garantizar una homogeneidad aceptable (nivel medio). En próximos estudios se intentará analizar la posible incidencia del nivel socioeducativo como variable interviniente.
Finalmente, un valor y aporte para destacar de la investigación es el dispositivo creado para una administración de los instrumentos apta para población infantil, que concilia la naturaleza lúdica de las tareas con la necesaria estandarización metodológica.
Referencias
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Anexo de resultados de jóvenes, adultos y mayores en las tareas a, b y c
Anexo 1. Comparación de los descriptores utilizados en las fotos joven, adulto y anciana por los jóvenes, adultos y mayores
Descriptor |
Jóvenes |
Adultos |
Mayores |
||||||
Etiquetas de fila |
Foto |
Foto |
Foto |
Foto |
Foto |
Foto |
Foto |
Foto |
Foto |
Mix sexo-edad |
0.53 |
0.63 |
0.41 |
0.48 |
0.51 |
0.37 |
0.44 |
0.46 |
0.4 |
Edad |
0.38 |
0.16 |
0.78 |
0.23 |
0.05 |
0.66 |
0.21 |
0.14 |
0.6 |
Familia |
0 |
0 |
0.1 |
0.01 |
0.01 |
0.13 |
0 |
0.01 |
0.04 |
Profesión-ocupación |
0.22 |
0.27 |
0.017 |
0.23 |
0.3 |
0.02 |
0.21 |
0.19 |
0.01 |
Actitud psicológica |
0.52 |
1.15 |
1.02 |
0.54 |
0.87 |
0.82 |
0.67 |
0.86 |
0.88 |
Prenda o accesorio + vestimenta |
0.3 |
0.18 |
0.04 |
0.16 |
0.07 |
0.03 |
0.13 |
0.06 |
0.01 |
Situación + acción |
0.3 |
0.29 |
0.21 |
0.25 |
0.21 |
0.22 |
0.11 |
0.16 |
0.13 |
Característica objetiva + rasgo físico |
0.26 |
0.35 |
0.05 |
0.07 |
0.03 |
0.08 |
0.02 |
0.05 |
0.03 |
Otros |
0.17 |
0.01 |
0 |
0.05 |
0.02 |
0.02 |
0.01 |
0.02 |
0.03 |
Nota. Valores relativizados en función del respectivo tamaño muestral.
Anexo 2. Frecuencias (y sus correspondientes porcentajes) de los criterios empleados por la muestra de jóvenes, adultos y adultos mayores en la primera clasificación del set de fotos
Criterio |
Muestra |
F (%) |
Jovenes |
Sexo |
26 (32.1 %) |
Edad |
18 (22.2 %) |
|
Vestimenta |
2 (2.5 %) |
|
Accesorios |
13 (16.0 %) |
|
Referencia social |
1 (1.2 %) |
|
Referencia psicológica |
15 (18.5 %) |
|
Rasgo físico |
4 (4.9 %) |
|
Otro |
2 (2.5 %) |
|
Total muestral |
81 (100 %) |
|
Adultos |
Sexo |
27 (29.7 %) |
Edad |
34 (37.4 %) |
|
Vestimenta |
1 (1.1 %) |
|
Accesorios |
7 (7.7 %) |
|
Referencia social |
4 (4.4 %) |
|
Referencia psicológica |
13 (14.3 %) |
|
Rasgo físico |
2 (2.2 %) |
|
Otro |
3 (3.3 %) |
|
Total muestral |
92 (100 %) |
|
Mayores |
Sexo |
13 (19.7 %) |
Edad |
20 (30.3 %) |
|
Vestimenta |
0 |
|
Accesorios |
1 (1.5 %) |
|
Referencia social |
3 (4.5 %) |
|
Referencia psicológica |
25 (37.8 %) |
|
Rasgo físico |
1 (1.5 %) |
|
Otro |
3 (4.5 %) |
|
Total muestral |
66 (100 %) |
Anexo 3. Frecuencias (y sus correspondientes porcentajes) totales de cada uno de los criterios empleados por la muestra de jóvenes, adultos y adultos mayores en las cuatro clasificaciones
Criterio |
Muestra |
F (%) |
Jóvenes |
Sexo |
62 (76.5 %) |
Edad |
58 (71.6 %) |
|
Vestimenta |
20 (24.7 %) |
|
Referencia social |
10 (12.3 %) |
|
Referencia psicológica |
55 (67.9 %) |
|
Total muestral |
81 (100 %) |
|
Adultos |
Sexo |
55 (59.8 %) |
Edad |
67 (72.8 %) |
|
Vestimenta |
17 (18.5 %) |
|
Referencia social |
24 (26.2 %) |
|
Referencia psicológica |
49 (53.2 %) |
|
Total muestral |
92 (100 %) |
|
Mayores |
Sexo |
23 (34.8 %) |
Edad |
38 (57.6 %) |
|
Vestimenta |
9 (13.6 %) |
|
Referencia social |
16 (24.2 %) |
|
Referencia psicológica |
52 (78.7 %) |
|
Total muestral |
66 (100 %) |
Nota. Solo se consideran sexo, edad, vestimenta, referencia social y referencia psicológica.
Anexo 4. División del continuum etario en dos grupos (1 línea), según jóvenes, adultos y mayores
Nota. Solo se incluyen las frecuencias mayores.
Anexo 5. División del continuum etario en tres grupos (2 líneas), según jóvenes, adultos y mayores
Nota. Solo se incluyen las frecuencias mayores.